La imagen en el viejo monitor, parpadeaba como la luz de neón del cartel del oscuro hotel donde decidió encerrarse a escribir su biografía.
Su cuerpo también comenzó a parpadear. Recordó que había insertado la última moneda en el medidor de derecho a uso del servicio de Internet en su habitación. Se apresuró a escribir el epílogo de su biografía; quería impresionar al lector con un final real y contundente. Y lo logró justo a tiempo.
Desapareció en la red de los inconsistentes cuando el monitor se apagó.
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me ha gustado tu microrrelato....
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus