jueves, 15 de septiembre de 2011

La imagen en el viejo monitor, parpadeaba como la luz de neón del cartel del oscuro hotel donde decidió encerrarse a escribir su biografía.
Su cuerpo también comenzó a parpadear. Recordó que había insertado la última moneda en el medidor de derecho a uso del servicio de Internet en su habitación. Se apresuró a escribir el epílogo de su biografía; quería impresionar al lector con un final real y contundente. Y lo logró justo a tiempo.
Desapareció en la red de los inconsistentes cuando el monitor se apagó.

1 comentario: